Amelia Tiganus nació en Galati, Rumanía, en 1984 y actualmente reside en Euskadi. Es escritora, activista feminista y formadora en cursos y talleres de sensibilización y prevención sobre prostitución y violencia sexual. 

Ha recibido varios premios y reconocimientos a su labor en pro de los derechos humanos de las mujeres y las niñas. En 2019 recibió el reconocimiento al compromiso mostrado por lograr una sociedad libre de violencia contra las mujeres, entregado por el Ministerio de Igualdad y el Gobierno de España.

Es fundadora de Emargi, una asociación dedicada a luchar de manera integral por un futuro libre de explotación sexual y reproductiva de mujeres y niñas a nivel local, nacional e internacional. Tras un proceso de reflexión de todas las fundadoras de Emargi a principios de 2022 decidieron crear, de forma paralela a la asociación, una cooperativa de iniciativa social con el mismo nombre. Es cofundadora y militante del Movimiento Abolicionista del País Vasco ,EHMA, y también cofundadora y coordinadora de la Escuela Abolicionista Internacional, un proyecto destinado a la divulgación feminista y la sensibilización y formación de la sociedad civil en países de habla hispana, que cuenta con el apoyo de CAP Internacional y Rescue Freedom (EEUU).

Es autora y ha participado en la redacción de varios artículos académicos y ha publicado en Atlánticas, revista internacional de estudios feministas, concretamente en su monográfico La prostitución: entre viejos privilegios masculinos y nuevos imaginarios neoliberales. Recientemente ha publicado su cómic "Amelia: historia de una lucha" (Serendipia, 2021) y su libro, "La revuelta de las putas: de víctima a activista" (Ediciones B, 2021). Próximamente se publicará su tercera obra, el libro ilustrado "Yo nunca fui una cualquiera".

Captada con tan solo 17 años, Amelia fue explotada en más de cuarenta prostíbulos españoles- “campos de concentración”, que es como se refiere a ellos-.
Fue violada con 13 años y, a los 17, la captaron en su país de origen, Rumanía, para traerla a España. Hace doce años que Amelia Tiganus consiguió salir del sistema prostitucional y ahora lucha en pos del abolicionismo desde una perspectiva feminista. Asegura que el proxenetismo es un problema muy amplio, relacionado con el neoliberalismo y la globalización, y que entre sus principales actores se cuentan los “puteros”, pero también los Estados como España, que se aprovechan económicamente de todo el dinero que mueve esa industria.

Amelia está a favor de abolir la prostitución, no de que se prohíba. Según ella, la diferencia es que, en teoría, el modelo que prohíbe la prostitución simplemente lo que pretende es que no se vea y persigue, y castiga a todos los actores del sistema prostitucional, pero en la práctica son las mujeres las que acaban siendo perseguidas, multadas e incluso encarceladas en muchos países.

El abolicionista se diferencia en que pone en el centro los derechos humanos de las mujeres, a las que considera víctimas. Por lo tanto, exige que no se las persiga ni se castigue, y que además se las dote de derechos como ayudas económicas, acceso a la vivienda, formación, terapia, trabajo…

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