Hedwig Eva Maria Kiesler, conocida como Hedy Lamarr (Austria 1914- EEUU 2000) fue una actriz, ingeniera de telecomunicaciones e inventora, también conocida como la inventora del Wifi con su “técnica de transmisiones en el espectro ensanchado” patentada el 11 de agosto de 1942.

En el colegio destacó por su inteligencia, siendo considerada por sus profesores como superdotada. En casa, creció escuchando las interpretaciones de su madre al piano y ella misma, desde pequeña, tocó este instrumento a la perfección. Hedy Lamarr no tuvo una educación formal en ciencia y aprendió ciencia por su cuenta, en su tiempo libre. También le apasionaba la interpretación, lo que la llevó a abandonar la carrera de ingeniería para perseguir su sueño de ser actriz.

La película que la llevó al estrellato en 1932 fue ‘Éxtasis’, rodada en Checoslovaquia bajo la dirección de Gustav Machaty, fue el primer film en mostrar el rostro de una actriz, completamente desnuda, durante un orgasmo. Fue tachada de escándalo sexual y se prohibió su proyección en las salas de cine. 

Los padres de Hedy la obligaron a casarse con Fritz Mandl, un magnate de la empresa armamentística que solicitó su mano. Durante su matrimonio vivió rodeada de lujo en el famoso castillo de Salzburgo, pero privada de libertades, Hedy no podía hacer nada sin la autorización de Mandl, lo que la llevó a retomar la carrera de ingeniería. Su marido era uno de los hombres más influyentes de Europa y, antes de la Segunda Guerra Mundial, se dedicó a surtir el arsenal de Hitler y Mussolini. Por ello, fue considerado como ario honorario por los gobiernos fascistas pese a ser de origen judío.

Finalmente, decidió huir. Logró llegar a Londres y embarcarse en el trasatlántico Normandie con destino a Estados Unidos. Allí coincidió con el productor de películas Louis B. Mayer que le ofreció trabajo antes de llegar a puerto con la condición de que se cambiara su nombre artístico a Hedy Lamarr. Se instaló en Hollywood y protagonizó numerosas películas para grandes estudios. Durante dos décadas llegó a trabajar con los actores más importantes de la época.

Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Hedy ofreció sus servicios al Gobierno de Estados Unidos ya que disponía de información privilegiada acerca del armamento del ejército alemán. Ubicada en el departamento de tecnología militar, se dio cuenta de que las señales de radio que guiaban a los torpedos de la armada norteamericana eran muy fáciles de interceptar. Fue entonces cuando elaboró, junto con su amigo el compositor George Antheil, un sistema de detección de torpedos teledirigidos. Inspirado en un principio musical, este funcionaba con 88 frecuencias, las equivalentes a las teclas del piano, y era capaz de hacer saltar señales de transmisión entre las frecuencias del espectro magnético. El 10 de junio de 1941 presentaron al registro la solicitud de patente: “SECRET COMMUNICATION SYSTEM”, que les fue concedida el 11 de agosto de 1942, cuando USA ya estaba en guerra con Japón y Alemania. La patente caducó años más tarde sin haber sido usada.

Los militares no supieron apreciar entonces la utilidad del invento que les estaba ofreciendo Hedy hasta muchos años después, en 1962, cuando se produjo la crisis de los misiles cubanos. Entonces la tecnología de Lamarr se utilizó para interceptar las comunicaciones y el control de los torpedos. A día de hoy este método se emplea para los sistemas de posicionamiento por satélite, como el GPS, y fue el precursor del wifi.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Hedy fundó su propia compañía cinematográfica con la que produjo y protagonizó algunas películas. Durante los descansos de los rodajes aprovechaba para seguir explorando su faceta de inventora, faceta que se mantuvo en secreto mientras fue una estrella de la Metro.

Su vida personal fue bastante desafortunada. Lamarr se casó seis veces y ya en el declive de su carrera cinematográfica cayó en el consumo masivo de pastillas y se obsesionó con la cirugía estética. Se volvió cleptómana y fue detenida en varias ocasiones. Tras estos sonoros escándalos, Hedy Lamarr se recluyó en su mansión de Miami para pasar los últimos años de su vida aislada del mundo que había ignorado su lado intelectual y no la reconocía como precursora de las aplicaciones que se estaban usando.

Su malestar había crecido hasta tal punto que, en 1997, cuando le comunicaron la concesión del Pioneer Award únicamente comentó: "It's about time" (ya era hora). En el verano de 1999, el Kunsthalle de Viena organizó un proyecto multimedia de homenaje a la actriz e inventora más singular del siglo XX.

El 19 de enero del año 2000, murió en Caselberry, Estados Unidos, a los 85 años de edad como consecuencia de una complicación cardíaca. En la actualidad, en Austria, el Día del Inventor se celebra el 9 de noviembre, el día de su nacimiento, en su honor.

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