Jaha Dukureh (1989) es una activista por los derechos humanos gambiana impulsora de la campaña contra la mutilación genital femenina (MGF)

Jaha Dukureh (1989) es una activista por los derechos humanos gambiana impulsora de la campaña contra la mutilación genital femenina (MGF). Es la fundadora y directora de Safe Hands for Girls, una organización que ofrece apoyo a las mujeres y niñas africanas que han sobrevivido a la mutilación genital femenina y aborda las secuelas nocivas físicas y psicológicas que las acompañan de por vida, y es la líder de la campaña en The Guardian's End FGM Guardian Global Media Campaign. Junto con organizaciones de mujeres y la sociedad civil, ha contribuido a la prohibición de la mutilación genital femenina por parte del Gobierno de Gambia tras la movilización y las campañas realizadas por jóvenes en el país.

Nació en Gambia en 1989. A la semana de haber nacido, Jaha fue sometida a la mutilación genital femenina. Con 15 años viajó a Nueva York y fue forzada a casarse con un hombre mucho mayor que ella al que no conocía. 

Consiguió abandonar a su marido y a los dos meses y se fue con su tío y su tía en el Bronx. Quería regresar a la escuela, pero en su tradición, como estaba casada, ya no era considerada una niña, por lo que su tía no le permitió seguir recibiendo una educación. Visitó todas las escuelas del Bronx pidiendo que la inscribieran, pero no podían inscribirla al ser menor de edad ya que le exigían el consentimiento de su tutor legal. Finalmente encontró una escuela que la permitió matricularse y con mucho esfuerzo consiguió graduarse.

Después de terminar la educación secundaria, se trasladó a Atlanta y vuelvió a casarse. Fue a raíz de su embarazo cuando comenzó a hacer pública su oposición a la mutilación genital femenina. Su motivación fue evitar que su hija tuviese que pasar por lo mismo que ella, al igual que millones de niñas por las que nadie hablaba, lo que la llevó a pensar “si no hablo yo por ellas, ¿quién lo hará?”. Empezó compartiendo su propia experiencia en un blog y al poco tiempo inició un grupo de apoyo para otras mujeres en su entorno de Atlanta. 

En 2014 fundó la organización sin ánimo de lucro “Safe Hands for Girls” e inició una campaña de recogida de firmas para solicitar al Presidente Obama que investigara la prevalencia de la MGF en Estados Unidos. En 2016, el Instituto Estadounidense de la Paz convocó por primera vez la Cumbre para poner fin a la MGF, donde ella participó. 

Fue una de las 100 personas africanas más influyentes de 2017 según la revista New African por su trabajo como activista. También fue reconocida con el galardón “Activista por los derechos humanos y la ayuda humanitaria del año” en la séptima edición anual de los Premios de la Diáspora Africana en 2017. Ese mismo año protagonizó una película documental titulada “Jaha’s Promise” (La promesa de Jaha) en la que se explica su vida y su trabajo para poner fin a la mutilación genital femenina. 

En febrero de 2018 fue nombrada Embajadora regional de ONU Mujeres para África. 

Nos gustaría cerrar esta entrada, compartiendo sus palabras: 

“Me parece que persisten un montón de ideas falsas acerca de la mutilación genital femenina, como que es practicada por africanos ignorantes y personas incultas, con poca instrucción. La mutilación genital femenina ocurre en África, pero también en el Oriente Medio, en Asia Sudoriental, ¡e incluso en lugares como Colombia, los Estados Unidos y el Reino Unido! La mutilación genital femenina no tiene que ver con la religión. No es asunto de clase social. No guarda relación con la educación. He visto a personas muy educadas practicar la mutilación genital femenina porque la consideran parte de su cultura.

De hecho, el mayor desafío que enfrentamos es la idea de que la mutilación genital femenina es una práctica religiosa. Es difícil cambiar algo que la gente piensa que es su obligación religiosa. Es necesario que los líderes religiosos se pronuncien enérgicamente en el sentido de que la mutilación genital femenina no tiene nada que ver con la religión. En Gambia, organizamos la primera formación de líderes religiosos en 2015. Antes de las sesiones de formación, recuerdo lo dividida que estaba la sala… muchos entre los líderes religiosos procedentes de Gambia, Senegal y Mauritania apoyaban la mutilación genital femenina. Al final de las sesiones, emitieron una fetua contra la MGF.”

Fuentes:

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