Ni por favor ni por favora

Ya estamos…que si es LA COVID , en vez de EL COVID ¿Hablaremos de LA enfermedad o de EL VIRUS?
Hablemos de lo que hablemos, que sea ¡¡SIN PEROS EN LA LENGUA!!

En las últimas manis del 8M y 25N  espectaculares, masivas, emocionantes,… se leían varias pancartas que decían “ANÓNIMO ERA UNA MUJER”. Esto ya lo decía Virginia Woolf: “tantas obras sin firmar son fijo de mujeres” (Como en Frankenstein (luego se supo que era de Mary Shelley) o Sentido y Sensibilidad: Jane Austen ponía solo «by a Lady» (por una mujer). ¡Y lo mismo con taaantos SEUDÓNIMOS que ocultaban a mujeres!

Y es que LO QUE NO SE NOMBRA NO EXISTE. Y estos meses, pre-covid y post covid, la lucha feminista lo deja claro: ya las mujeres no se callan, ya no somos invisibles, estamos alzando la voz. ¡¡SOMOS REBELDES DE GÉNERO!!

Y este cambio es ya un proceso irreversible. Por muchas resistencias que haya, las mujeres no van a volver a nombrarse en masculino. Los lenguajes inclusivos son también una forma de activismo feminista. Son un instrumento más en nuestra mano (y boca), para buscar la igualdad y reivindicar el derecho a las palabras y a ser nombradas en igualdad.

Por eso, este post del TEMAZO DEL MES queremos hablar de una de las luchas por la igualdad donde el resistómetro machista echa humo, donde más dudas, reticencias, ridiculizaciones se dan: LA COMUNICACIÓN INCLUSIVA Y NO SEXISTA. ¡Desactivando resistómetro en 3,2,1..!

Que si vamos a destruir la lengua, que es el apocalipsis lingüístico, que si duele en los ojos, que si entorpece el habla, que suena mal, que no es importante… A toda esa gente le decimos que cuando nos dedicamos “a eso” que sí consideran “importante”, también lo hacemos con palabras…y les hablamos del PODER DE LAS PALABRAS…Y DEL PODER Y LAS PALABRAS. ¡Que van de la mano oiga! ¿Por qué molesta tanto que nos las apañemos para nombrar a las mujeres con nuestros lenguajes?

Además, como lo que les molesta es el feminismo, no el lenguaje inclusivo (“Las resistencias, las trabas, nunca son a nivel lingüístico, son siempre ideológicas” dice Teresa Meana) y no tiene argumentos para atacar, lo hacen insultando y tergiversando todo ¡incluso inventando exigencias imaginarias: Te proponemos que por cada artículo que diga que el feminismo quiere que todo el mundo diga periodisto o jirafo ¡te comas un donuts, bailes una conga! ¡Vas a  engordar o adelgazar en un pliqui!

Para entendernos, una historia:

“Van dos peces jóvenes y les saluda un pez viejo que nada en sentido contrario: “Buenos días ¿cómo está el agua?” Los dos peces nadan un poco más y entonces uno mira al otro y le dice ¿Qué coño* es el agua*?”

¿Qué es la LENGUA? *Pues como el agua de los peces, la lengua es un poco todo. Mejor dicho, en todo está la lengua, ya que cuando la adquirimos nunca más dejamos de usarla para pensar y nombrar el mundo que nos rodea.

Y además, refleja las formas en que percibimos la realidad. Por ejemplo, el pueblo esquimal tiene más de 30 formas para nombrar el color blanco y la nieve. Y palabras muy españolas como “siesta” o “sobremesa” no existen en otros idiomas.

Siguiendo con el agua… pensar que el lenguaje igualitario es desdoblar constantemente (amigos y amigas…) es como decir que una gota de agua es el océano. Es solo una de las muchas opciones que existen (justo de las menos recomendadas).

Hay más de 30 alternativas a un supuesto masculino genérico ¡+ de 30!, que ni “son pesadas” (“Plis”, No lo reduzcas todo al “todos y todas” “miembras” o portavozas) ni atentan contra la gramática.

En realidad, hay tantas soluciones como personas decididas a no discriminar al hablar. No hay excusas.

Por ejemplo, el metro de Madrid (tras un curso de comunicación inclusiva y no sexista) sustituyó la locución de “Atención, atención, estación en curva, el viajero tenga cuidado de no introducir el pie entre coche y andén” por la actual: “Atención, atención, estación en curva, tenga cuidado de no introducir el pie entre coche y andén” ¡Más corto, más eficaz, más inclusivo!

¿Buscamos ALTERNATIVAS INCLUSIVAS?

(Una mención al asterisco del coño de la historia: *No sabemos cuándo empezamos a convertir los genitales en expresiones, pero tienen un tufo rancio y sexista: ¿”esto es un coñazo” frente a “es la polla, es cojonudo, con un par de cojones/huevos)”?

Hay otras opciones, esto no es como el pobre “esternocleidomastoideo” que no tiene palabra alternativa…).

¿Buscamos OTROS LENGUAJES POSIBLES?

SOMOS LO QUE HABLAMOS ¡¡Cuida tu lenguaje, lo dice todo!! Construimos realidad al hablar, al expresarnos de una u otra forma, y por eso es tan importante una comunicación no sexista e inclusiva. EL LENGUAJE INTERPRETA, REPRODUCE, CREA Y TRANSFORMA LA REALIDAD.

Y ayer quedaba claro en las reivindicaciones. Para reflejar en nuestros lenguajes esos cambios feministas que se van produciendo en la sociedad, se necesita una “rebeldía lingüística” como complemento necesario y paralelo a la “rebeldía social de género”.

Y todo esto de la importancia del lenguaje, ya lo sabían LAS MADRES. Como cuenta María Martín Barranco: Puede que os sorprenda, pero no se puede hablar de lenguaje inclusivo sin hablar de las madres. Tú querías ir a una excursión o salir hasta un poco más tarde. Insistías y te decían que no. E insistías.

—Que no.  
—Por favor, mamá.
—He dicho que no.
—Porfa, mami.
—Que he dicho que no y es que no.
—Porfavor, porfavor, porfavor, porfavor.
—Ni por favor ni por favora.

Y ahí acababa la discusión. Tú sabías que tras el por favo­ra había un punto final del tamaño de la catedral de Burgos. Habías perdido.

Puede que nuestras madres no hubieran leído nada de feminismo. Pero tenían ese conocimiento intuitivo del idioma en el que somos construidas: el masculino se forma con la o. El femenino se forma con la a. Si quieres que estén uno y otra, los nombras. Y punto.

¿QUÉ, NOS REBELAMOS TAMBIÉN CON LA LENGUA?

¡CUIDA TU LENGUAJE ¡LO DICE TOOODO!