Menstruación consciente y sostenible

¿Alguna vez os habéis preguntado si menstruáis de forma consciente? Somos conscientes de que nuestro útero está expulsando sangre, claro, no lo podemos evitar. Pero… ¿aceptamos lo que la menstruación conlleva? Hemos crecido en una sociedad llena de tabúes en torno a este tema: que si la sangre de la menstruación es “sucia”, que si huele mal, hemos normalizado el dolor negando el descanso que nuestro propio cuerpo pide, nos avergonzamos de las manchas… 

Aceptar conscientemente la menstruación exige romper con todos estos tabúes de los que, entre otros, la industria de la higiene femenina se lucra, con su publicidad alimenta ese imaginario que nos hace querer estar “guapas y limpias” durante todo el año. Por ello en los días de sangrado, la mayoría intentamos seguir con el día a día ¡como si nada nos estuviera pasando! Sobre todo si tienes reglas dolorosas… Y que es deberíamos partir de la base de que la menstruación no tiene que doler y, sin embargo, la sociedad ha normalizado este dolor y, además, nos exige que lo escondamos.

Cuando nos referimos a menstruación sostenible no quiere decir que simplemente dejemos de generar residuos, aunque sea una parte importante de la que más adelante hablaremos, sino que va mucho más allá; se trata de entender la menstruación en positivo. 

Nuestro ciclo menstrual no consiste sólo en los días que sangramos sino que nos acompaña cada día y condiciona nuestro estado físico y emocional. Entender esto es un primer paso importante para entendernos e incluso planificarnos.
A lo largo de todo el mes nuestro cuerpo pasa las siguientes fases: 

  1. Fase folicular: Esta fase suele ir desde que termina la regla hasta el día 12-14 aproximadamente. Estamos a tope de energía y nos solemos sentir super productivas.
  2. Fase ovulatoria: A mitad del ciclo y durante unos pocos días, la ovulación toma el control de nuestro organismo. Tendremos menos energía, pero estaremos más relajadas y dispuestas a socializar. 
  3. Fase lútea: ¿Te suena el síndrome premenstrual? Es una fase que puede llegar a complicarse un poquito. Estamos más sensibles, pero también más creativas. 
  4. Fase menstrual: Abarca los días de sangrado, pero es mucho más que eso. Estamos más sensibles y también más cansadas. ¡Momento para cuidarse con mucha más amabilidad!

Si quieres reconciliarte contigo misma y con los procesos a los que tu cuerpo se enfrenta cada mes tan sólo tienes que empezar a anotar cómo te sientes cada día, puedes tomar notas sobre tu energía, apetito, cansancio, humor… Es posible que incluso empieces a reconocer algunos patrones.

Y ahora sí, hablemos de contaminación y residuos.
Pasamos unos 36 años con la regla. A 13 periodos por año, eso son 468 veces. Y a cuatro días de media cada vez, 1.872 días. Se calcula que más de 13.000 compresas llegan cada segundo a los vertederos. Súmale los tampones, los salvaslips y sus envoltorios. Y aunque la parte más visible de su contaminación sean los desechos que generan y se acumulan, su fabricación también tiene un gran impacto negativo medioambiental.

La fibra de algodón -principal componente de los tampones- necesita para su producción muchísima agua, pesticidas y fertilizantes. A todo esto, habría que añadirle la contaminante producción de todos sus envoltorios a base de plástico además de su transporte. 

Contra esto, dar el salto a una menstruación más consciente implica reflexionar sobre los desechos que generamos y buscar alternativas sostenibles.

La copa menstrual, las compresas de tela, las bragas menstruales, compresas y tampones biodegrables o el free bleeding son las alternativas perfectas para dejar de contribuir al crecimiento de esa inmensa montaña de basura. Además, es una manera de combatir otra problemática que está de actualidad (¡ya era hora!), la pobreza menstrual. Y es que muchas mujeres, ante la imposibilidad económica de comprar productos específicos, se ven obligadas a recurrir a alternativas insalubres con consecuencias negativas para su salud (físicas y psicológicas): infecciones vaginales y urinarias, sensación de humillación y vergüenza, reducción de la autoestima e incremento de la ansiedad. Ejemplos diarios de chicas que no van a clase cuando tienen la regla o mujeres sin hogar que no tienen acceso a lavabos... Todo esto, por extensión, genera un impacto a su vez en el sistema sanitario.

Y es que compañeras, somos seres interdependientes y ecodependientes, así que porque no empezar a andar el camino de la empoderación menstrual y cíclica, investiga y date tiempo para pasar a una menstruación consciente y ecológica.
 

Fuentes: