Atención rebeldes: masculinidad cambiando

¿Qué significa ser hombre? Por supuesto, mucho más que tener pene. La masculinidad trasciende al hecho biológico, ¡el XY de la genética! porque es también una construcción cultural que, por suerte, puede cambiarse porque es algo que aprendemos.

¡Toca rebelarse también a los hombres, chicos, niños!

¿Qué significa ser hombre? Por supuesto, mucho más que tener pene. La masculinidad trasciende al hecho biológico, ¡el XY de la genética! porque es también una construcción cultural que, por suerte, puede cambiarse porque es algo que aprendemos.

¡Toca rebelarse también a los hombres, chicos, niños!

¿Cómo se aprende a ser hombre? Es importante saber de qué manera está actualmente construido el modelo de masculinidad imperante hoy en día, “hegemónica”, que se dice, -Desde el momento (o antes incluso) en que nacemos ya nos bombardean con los “mensajitos del rosa y azul”, es la primera y temprana diferenciación a la que nos someten a niños y niñas.  A los 6 años, integramos que los niños varones son capaces de ocultar sus emociones, hasta tal punto, de que el 50% de las madres (el estudio ni siquiera menciona a los “padres” -es fácil imaginarse por qué-) se mostraban incapaces de identificar lo que a sus hijos varones les pasaba.  Los niños varones de 12 años, en estudios internacionales, consumen a la semana 40 horas de televisión, 15 de videojuegos y 2 de pornografía.

Una anécdota de  Tony Porter que ayuda a entender esta socialización de género de los chicos:

“… Recuerdo haber hablado con un niño de 12 años, jugador de fútbol, y le pregunté: «¿Cómo te sentirías si… delante del equipo… el entrenador te dijera que jugaste como una niña?» Yo esperaba que me dijera algo como que estaría triste, furioso, enojado o algo así. No, el niño me dijo: «Me destruiría»…”

¿Qué les estamos enseñando a los niños de 12 años, para que el gran insulto o la peor desgracia que le pueda caer encima, para ser ridiculizado delante de sus compañeros, sea ser comparado con una niña…? ¿En qué momento decir que haces algo “como una niña” “como una mujer” se sabe como un insulto?

Si esa es la idea o concepto que peques aprenden  ¿qué tipo de relación honesta, profunda e igualitaria van a llegar a tener en un futuro próximo?

Ser “un hombre, hombre” no debería ser sinónimo de agresividad, dureza, violencia, egoísmo, insensibilidad, arrogancia, abusos, poder ni golpes en la mesa.

Hay una ley no escrita de la vieja masculinidad que dice que el hombre no sólo tiene que serlo, sino que también tiene que parecerlo. Perry habla de un imaginario, pero eficaz, “MINISTERIO DE LA MASCULINIDAD”: “algo similar a la Gestapo o Stasi, una organización cuya tarea es garantizar que nadie se aparta del guion masculino dominante” y que castiga a los “traidores”: homosexuales, débiles, “calzonazos”, “planchabragas”, sensiblones, “mujeristas”, etc.

Y lo ilustra con una anécdota: Un niño en bicicleta pedalea cuesta arriba jadeando, con lágrimas en los ojos e implora a su padre: “¡Papá, ­papá…!”. El padre le mira ceñudo, con “una cara”, escribe Perry, “que he visto mil veces en campos de fútbol”, y dice: Sé fuerte, no gimotees ¡sé un hombre!”.

EL MACHO HA MUERTO… VIVA LA (NUEVA) MASCULINIDAD

“Sacad al macho del cuerpo del hombre. Fuera los machos”. Dice Bacete que “para lograr la igualdad es fundamental liberar los cuerpos de los hombres, sacar al macho limitante que vive en nosotros como si fuera nuestra esencia”, porque aunque “ese macho” ha hecho de su principal víctima a la mujer, también daña al hombre y lo restringe (diciendo que “los niños no lloran”, que hablar de sus sentimientos es “de maricones” (machismo mezclado con homofobia), etc.)

No tengamos miedo de reconocer que “el machoman” de la masculinidad hegemónica y tradicional está obsoleto, se está resquebrajando, de poner en duda los mitos inamovibles del ‘macho ibérico’, la toxicidad de ciertos comportamientos masculinos caducados pero vigentes.

Dejar atrás ese mito del macho alfa, infalible, incansable, siempre fuerte, sin miedo alguno, lleno de prepotencia, de chulería, de ambición desmedida, ansia de protagonismo, héroe de la peli, adicto a la adrenalina, la necesidad de estar siempre en lo cierto, de la contención emocional...

VIVAN LAS MASCULINIDADES DIVERSAS, NUEVAS, IGUALITARIAS, ALTERNATIVAS, DIFERENTES….las que nos hacen abandonar cualquier resistencia a la igualdad, revisar los conceptos de violencia y poder, huir del “muy bien, machote” y del “porque lo digo yo y punto”, redefinir el concepto de emoción y de vulnerabilidad, dar más espacio a lo emocional y un largo etc.

Las masculinidades que liberan de la “camisa de fuerza” que impone ese “ser un machote” llena de estereotipos, unas ataduras que han empequeñecido a los hombres y, de paso y sobre todo, han lastrado el progreso de la humanidad sometiendo a la mitad de esa humanidad.

Esta (nueva) masculinidad asume que cambiar los esquemas no es amenazador, ni poco natural ni afeminado…es parte de la revolución masculina que tantas mujeres llevan siglos esperando.

Por desgracia, la violencia está muy bien integrada en la identidad de ser hombres (un estudio refleja que un joven varón de 18 años habrá consumido ya a lo largo de su vida cerca de 200.000 escenas de violencia, de las cuales 40.000 son asesinatos).

¿Cómo no van muchos hombres a aprender a gestionar o resolver los conflictos, sino es de la única forma que les han enseñado, que es a través de la violencia?

¿Cómo no va a afectar  esa “socialización en la violencia y agresividad” en el  “trato” con las mujeres?

Y entonces toca posicionarte, ver qué actitud tienes ante el machismo, la violencia de género, el momento actual feminista.

Salazar las resume en cuatro actitudes: – Una: quienes se movilizan en contra (los que hablan de las supuestas “denuncias falsas”, por ejemplo). Dos: quienes simplemente no cuestionan el statu quo. Tres: aquellos que modifican sus actitudes, asumiendo por ejemplo cierta corresponsabilidad doméstica. Y cuatro, los activistas por la igualdad.

Lorente dice que los hombres se dividen en cuatro tipos, según cómo reaccionan ante los avances del feminismo:

– Los Feministas que apoyan el movimiento y, generalmente, se acercan a él por sus parejas. Los Neutrales y Los indiferentes: que es una forma de «posmachismo». Admiten que existe la violencia machista, pero cuestionan la verdadera dimensión. Y los Negacionistas. Son los varones que reaccionan de una manera combativa contra el feminismo y las mujeres feministas.

¿Y tú? ¿Eres de los conscientes, indiferentes, responsables, contrarios, incrédulos, activistas? ¿De los comprensivos o los sorprendidos? ¿En proceso de cambio?

¿Eres de los que se atreve a tener una MASCULINIDAD REBELDE DE GÉNERO?

"EX-MEN"... CHICOS CONTRA EL MACHISMO

El grito de ¡sola, borracha quiero llegar a casa! que muchas jóvenes están haciendo viral en las redes, junto con lo que dice este tuit, nos deja el mensaje claro de que los culpables de las violaciones no son ni las faldas o escotes de las chicas, ni si estaban solas o de noche, ni absolutamente nada que hagan las víctimas… los culpables son los que violan y la llamada “cultura de la violación”.

Solo tienes que abrir cualquiera (de las miles y miles) de páginas que tienen porno en internet y ver cómo la palabra violación aparece sin parar, junto a palabras como “chica borracha, mujer drogada”, etc. Ufff, esto es grave ¡muy grave! y da para otro post que haremos más adelante.

Pero de lo que también nos habla este tuit es de diferentes formas de actuar, ante una misma situación, de los chicos. Este mes, también el actor Hugo Silva hacía referencia a esto en Twitter. Ante hombres que expresan su miedo a las reivindicaciones por la igualdad a través de insultos, mentiras y ridiculización, tergiversando mensajes y leyes, él contestó esto: “Cierto, las leyes de género discriminan a los hombres», decía Hugo Silva en su tuit, «Pero discrimina solo a los asesinos, a los maltratadores y a los retrógrados. Al resto de nosotros, NO».

Hace pocos meses, de paso por Madrid, la directora de programas de ONU Mujeres, María Noel Vaeza, reclamó: “Los hombres deben estar en el feminismo moderno”. Y menos mal que los chicos jóvenes marcan la diferencia. Nos dicen las estadísticas que en España los chicos menores de 24 comparten y conocen el feminismo, queriendo unirse a esta lucha por la igualdad real. Mientras que los hombres de 45 a 54 años son los que más resistencias presentan.

Pero la participación activa de algunos hombres por la igualdad de las mujeres no es algo nuevo, ¡siempre ha habido hombres guays que se sentían incómodos en esa masculinidad de “machito alfa” rollo “El Fary”, y que apostaban por masculinidades positivas que nada tienen que ver con la agresividad y el estar por encima!

Ya en 1915 ¡¡sí, sí, en 1915!! la víspera de una de las grandes manifestaciones sufragistas (para reivindicar el voto de las mujeres) en la Quinta Avenida de Nueva York, un periodista escribió un artículo para una revista bajo el siguiente título: «Feminismo para hombres». Y la primera frase del artículo decía: «El feminismo permitirá que los hombres sean libres por primera vez».

O sea, que esto de que los hombres, los chicos se sumen al feminismo y lucha por la igualdad, modernito modernito no es.
Dice Octavio Salazar, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Córdoba e integrante de la Red de Hombres por la Igualdad que “puede que hayamos llegado al momento en el que buena parte de los hombres se consideran feministas o entienden lo que supone la reivindicación”, peeeeero, señala “estamos en un punto de parálisis porque justo ahora los hombres tendríamos que empezar a dar pasos adelante, ser proactivos, posicionarnos,…. Y eso cuesta más. Falta que desarrollemos más nuestro compromiso y eso no ocurrirá hasta que nos sintamos interpelados y entendamos que somos parte del problema y por lo tanto también podemos ser parte de la solución».

Las chicas jóvenes también lo ven claro. Cuando se les pregunta: ¿Y cómo veis que están viviendo estos cambios en la bancada masculina? Te contestan, con sus 15 o 17 años:

“Muchos chicos de mi entorno se están empezando a abrir y a cuestionar cosas. Preguntan. Se informan. Tienen claro que la transformación también va con ellos, y es algo necesario, porque si no acabaremos chocándonos contra un muro». «A veces queda muy bien decir: ‘Oh, el feminismo es una mierda’ entre el grupo de amigos machotes», “Yo creo que hay hombres que tienen la misma conciencia de deconstruirse que nosotras y otros que son palabrería, que lo hacen para ligar. Y luego están los que empiezan con el yo: «Yo no lo hago», «yo también sufro». Es que no va de ti, lo que tú hagas da igual. Es una cuestión colectiva.”

Según Miguel Lorente, ex-delegado del Gobierno para la Violencia de Género y profesor de medicina forense, ahora mismo en España es verdad que el número de hombres feministas crece, pero aún son mayoría “los indiferentes” y los ‘negacionistas’.

Según él, los hombres se dividen en tres tipos, según cómo reaccionan ante los avances del feminismo:

– El primero: chicos, hombres proactivos por la igualdad y que quieren ser parte del movimiento y el cambio.

– Luego están los que él llama “los Neutrales: que es una forma de «posmachismo». Admiten que existe la violencia machista, pero cuestionan la verdadera dimensión. No se posicionan.

– Y el tercer tipo, son “los Negacionistas”. Son los varones que reaccionan de una manera combativa contra el feminismo y las mujeres feministas, insultando y promoviendo posturas inmovilistas ¡e incluso negando que exista la violencia de género!
Y está claro que ante este miedo a la igualdad entre algunos hombres y para evitar que la masculinidad reaccionaria frene los avances en igualdad, necesitamos a “los otros hombres, chicos” a esa nueva generación de EX -men, hombres que se Transfor-MAN, que se SUMAN al cambio, y se IMPLICAN en la búsqueda por la igualdad real.

¿Y TÚ QUÉ… qué tipo de hombre eres?